jueves, 27 de septiembre de 2012



Meditación es tomarse el tiempo para estar contigo mismo. Meditación es un momento para establecer contacto con tu respiración, un momento para prestar atención a la fuerza vital presente en tu cuerpo, un momento para re-establecer tu propio ritmo, un momento para comunicarte con tu propio ser superior, un momento para estar enamorado de tu singular vida. Meditación es entre tú y TÚ.
Al igual que ...
una ducha diaria limpia tu cuerpo, una meditación diaria despeja tu mente, para ayudarte a concentrar tu energía, evitar errores, permanecer saludable y volverte más amable y pacífico. Ayuda a despejar tu subconsciente, y a permanecer en el aquí y ahora.
Es una oportunidad para crear una quietud dentro de tí mismo donde no reaccionas al incesante flujo de tu mente. Rápida y confortablemente puedes procesar todo tipo de sentimientos y pensamientos, y rejuvenecer y relajarte para así manejar mejor el estrés y establecer un mejor contacto con aquellos alrededor tuyo.
En cualquier lugar donde puedas pasar un momento ininterrumpido, preferentemente algún lugar que no sea demasiado frío ni demasiado cálido. Siéntate en algo que te proporcione apoyo, pero que también sea suave - la mayoría de los practicantes prefieren una manta de algodón o lana, o una piel de oveja. Para aquellos con problemas de flexibilidad una firme almohadilla (de unos 4-6 pulgadas/10-15 centímetros de espesor), posicionada debajo de las nalgas, alivia la presión sobre la parte baja de la espalda. Si tienes problemas para sentarte en la postura de sastre en el suelo, puedes sentarte en una silla, asegurándote que el peso está distribuido por igual en ambos piés. El objetivo es asegurarnos de que la columna vertebral está derecha y razonablemente estirada (la columna vertebral es el canal central de energía del sistema nervioso).
A mucha gente les gusta crear un lugar especial en su casa que usan para el propósito de meditar, usando a menudo objetos que les eleva y les recuerdan su espíritu, o la naturaleza.
Cualquier momento en el que estés dispuesto a probar y te sientas alerta es un buen momento para meditar. Practicantes experimentados prefieren las primeras horas del día, entre las 4 y las 8 de la mañana (llamadas los horas de ambrosía). No suele haber mucha actividad a estas horas, así que es improbable ser distraido por la energía o actividades de la vida diaria.
A mucha gente le gusta meditar antes de acostarte. Esto ayuda a despejar la mente de las preocupaciones y problemas del día, preparándote para un sueño profundo y para crear energía para el día siguiente.
Es mejor no meditar después de una gran comida, ya que la mayoría de la sangre está yendo al estómago, dejando poca para el cerebro
Cada meditación es distinta - abarcan distintos aspectos de la mente y el cuerpo, así que el tiempo varía dependiendo de la técnica, partiendo desde 3 minutos hasta dos horas y media.
Empieza con el tiempo que sea confortable para tí. Incluso 5 minutos te proporcionará resultados beneficiosos. El primer beneficio es simplemente la oportunidad de detener tu rutina automática, los patrones inconscientes de comportamiento que te guían por la vida sin ni siquiera darte cuenta de que estás vivo.
La mayoría de los practicantes ven la meditación como un momento especial, un momento para conectar contigo mismo, y eligen vestir de alguna forma que haga honor a estos hechos. Eligen ropa que es limpia, fresca y ligera de composición y color. También hay gente a la que le gusta cubrirse la cabeza, con un pañuelo especial, un turbante, etcétera. Tal y como el pelo largo, el cubrirse la cabeza incrementan la cantidad de energía solar y etérica que entra al cuerpo. Tanto si eliges cubrirte la cabeza como si no, el atar tu pelo hacia arriba y hacia detrás mejora la concentración.
Se recomienda a la gente que medita que coman con moderación, pensando en un buen estado de salud. Muchos practicantes se han vuelto vegetarianos, eligiendo la dieta más ligera que permite la mente ser calma y concentrada. Disminuyendo las proteínas y acidez de la carne ayuda. Hay algunas meditaciones, especialmente curativas, donde se recomienda una dieta específica para actuar sobre algún órgano o glándula en concreto, pero por lo general no hay requisitos. También se recomienda el evitar las drogas, excepto aquellas prescritas por el médico, ya que pueden desequilibrar mente y cuerpo.
Antes de probar una técnica meditativa, conviene entender dos componentes básicos de la meditación: el uso de los sonidos, y el uso de las respiración.

MANTRAS
Muchas meditaciones hacen uso de sonidos (mantras), algunas veces palabras que representan elevados conceptos (Amor, Verdad, Dios) y otras veces sencillos sonidos. El usar sonidos básicos con ritmo penetra la mente y redirige el flujo de pensamientos, permitiendo así que algo nuevo dé su entrada, tal como por ejemplo pensamientos que rompan nuestros miedos y limitaciones normales y aprisionantes, ayudándonos a elevarnos. Estas palabras provienen de muchas tradiciones, y pueden ser en muchos lenguajes distintos. Por ejemplo, un sencillo mantra en castellano es: "Yo soy, Yo soy". En vez de usar palabras que te inventes (ya que quieres superar tus propios patrones y afirmaciones), lo que necesitamos son sonidos o palabras que proveen una experiencia del estado en el que quieras estar.
El entonar un mantra es un acto energético que produce cambios en tu cerebro, estimula el equilibrio hormonal, y establece una especial comunicación con tu propia mente, sobre verdad y claridad.

Uno de los mantras básicos del Kundalini Yoga es "Sat Nam". Sat significa verdad, y Nam significa identidad, así que el mantra significa "verdad es mi identidad". Entonar este mantra despierta el alma.
A mucha gente le gusta usar mantras en la vida diaria, repitiendo a menudo un mantra (en voz alta o mentalmente) de alguna meditación que estén practicando en ese momento. Las meditaciones causan una significativa alteración del uso de patrones cerebrales, química neurológica, equilibrio emocional, etc.
Hay tres formas de usar un mantra, o tres lenguajes de consciencia. Algunas meditaciones usan las tres:
- Una voz normal y en voz alta es el lenguaje de los humanos, de las cosas del mundo.
- Una fuerte susurro es el lenguaje de los amantes, del deseo de pertenecer.
- Entonar en silencio o mentalmente es el lenguaje divino del infinito.
Hay dos cosas que pedes hacer para hacer más poderoso el uso de un mantra, independientemente de si el mantra es silencioso, susurrado o en voz alta. Una es ver el mantra, como si se fuera escribiendo a medida que lo escribes, y el otro consiste en escuchar de forma activa - esto a menudo es lo mejor para los dos primeros lenguajes, en cambio el verlo escrito funciona para todas las formas.
Muchas meditaciones también hacen uso de la respiración, a lo mejor sencillamente llevando tu atención al fluir de tu respirar, o usando conscientemente formas específicas de respirar, tal como puede ser la regulación de la duración del inhalar y exhalar, o partiendo la respiración en segmentos, o indirectamente a través del uso de un mantra. Dado que la respiración está relacionada con tu estado emocional y tu nivel de energía, alternando la profundidad, ritmo y forma de respiración puede mejorarlos.
Las meditaciones de respiración crean mucho cambio y es importante el sentirse a gusto y en equilibrio con estos cambios.
Asegúrate también de que realizas un ciclo respiratorio completo Alrededor de un 30% de las personas no respiran de forma correcta, pero es algo fácil de cambiar, y tendrá un profundo impacto en tu metabolismo, vitalidad y estados emocionales. A menos de que la meditación se especifique de otra manera, la respiración siempre es a través de la nariz.
Aquí hay una sencilla técnica meditativa para que la pruebes:
Siéntate con la columna erguida, en una confortable posición de sastre o en una silla con ambos píes planos en el suelo. Relaja tus manos en tu regazo, con las palmas hacia arriba, con la mano derecha descansando encima de la izquierda. Mantén los hombros relajados y la parte superior del pecho ligeramente elevada para mantener erguida la columna. Los ojos están cerrados 9/10 partes, permitiendo que entre un poco de luz.

Lleva tu atención al flujo de tu respiración, respirando tan solamente a través de la nariz. Primera, presta atención a la respiración, a cada parte del proceso de inhalar y exhalar, con todos los diminutos movimientos del cuerpo. Después de un par de minutos, empieza a conscientemente respirar con más lentitud. El ritmo normal es de 14-17 respiraciones por minuto. Disminuye tu respirar a 8 ó menos por minuto (4 ó menos respiraciones por minuto crean un estado meditativo). Escucha el sutil sonido de la respiración a medida que inspiras y expiras.

Cuando empiezas a meditar, la mayoría de la gente se ven irritados por la "charlatanería" que la mente crea cuando intentamos permanecer en quietud. El usar un mantra como "Sat Nam", donde piensas la palabra "Sat" al inhalar y "Nam" al exhalar, puede proveer la mente de un punto de concentración. Si ves que tu mente empieza a distraerse, simplemente lleva tu atención de vuelta al mantra y a tu respiración. Con este simple proceso es como entrenamos nuestras mentes y despejamos nuestro subconsciente.

Deja que los pensamiento vengan y se vayan, como si fuera el ruido de fondo de gente hablando alrededor tuyo en una fiesta. Simplemente deja ir los pensamientos, permaneciendo atento al flujo y las sensaciones de tu respiración. Continua durante 6-8 minutos más. Para finalizar, inspira profundamente, exhala, y de nuevo inhala profundamente mientras estiras tus brazos hacia el techo. Exhala y relájate.

 

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