jueves, 20 de diciembre de 2012

Euforia o exceso de alegría.

Alegría y corazón

La sede de la alegría y los sentimientos sublimes es el corazón. Pero también está muy relacionado con la ira y la tristeza (hígado y pulmón), y el miedo de los riñones. La alegría, se puede decir, es el resultado de un estimulo positivo que actúa favorablemente en las actividades de la vida y el corazón. Desde un punto de vista espiritual, la alegría es un estado de paz y gozo como consecuencia a un entendimiento profundo. Cuando la paz o el entendimiento se ven perturbados o confusos, entonces el corazón lo padecerá, siendo más susceptible a la ansiedad, temor e ira. Cuando hay falta de alegría, es que hay falta de entendimiento, de profundidad, hay una sensación de no estar fluyendo o creciendo, y entonces el cuerpo en general lo somatizara, empezando por la sangre, la cual está íntimamente asociada con la alegría, emoción que nutre la vida.
La falta de alegría afectara, además, a las partes más débiles del cuerpo, aquellas partes donde le cuesta más absorber esta emoción vivificante. Por ejemplo, si no nos agrada lo que vemos en la vida, los ojos podrían somatizar esta falta de flujo energético.

Cura del corazón con alegría

Todos aquellos padecimientos del sistema cardiovascular y los antes mencionados deben ser tratados principalmente valorando la filosofía de vida, pues los estados de descontento, pesimismo o falta de entusiasmo en la vida van siendo absorbidos por el cuerpo hasta llegar a dichas manifestaciones. Revalorar la filosofía y actitud con la que se vive es un elemento básico en la cura integral del corazón y sus afecciones relacionadas. Habría que considerar nuevas formas de vivir que realmente nos entusiasmen, y tener el valor y la paciencia de seguir lo que amamos realmente.

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