martes, 21 de octubre de 2014

La sopa de miso muy aconsejable

La sopa asiática (japonesa), por excelencia es la sopa de miso que es muy saludable ya que crea un buen nivel de energía y vitalidad, regenera y conserva la flora intestinal, nutre la piel y el cabello y contiene ácido linoleico y lecitina, que ayudan a disolver el colesterol. Existen muchas clases de miso, el más corriente es el mugi miso (soja y cebada) Es un energizante, en invierno nos previene del frío, es rico en minerales y favorece la digestión porque contiene enzimas vivas. Evita la arterioesclerosis o la hipertensión, nutre la piel y promueve la regeneración de células, disminuye los efectos del consumo excesivo de alcohol, tabaco, drogas, productos químicos y radiaciones. Las propiedades medicinales del miso son muy utilizadas por la Medicina Tradicional China, la Medicina Ayurvédica y la Macrobiótica. Cuando una sopa hecha con miso pasteurizado se deja fuera de la nevera 24 horas, vuelve a producirse el proceso de fermentación y ésta contiene de nuevo vitamina B12. Nunca puede hervir, se añade une cucharadita de miso al agua recién hervida y se diluye muy bien con el canto de una cuchara,
 
Optimizar las temperaturas de los alimentos con las estaciones

No se debe pasar por alto la temperatura energética de los alimentos, así que comer alimentos que generen calor en un clima frío, y alimentos refrescantes en climas cálidos. Esta regla de oro de mucho sentido común casi no se menciona en Asia porque simplemente se practica. Las bebidas frías y los alimentos fríos como el apio, los melones y las ensaladas frías, no se consumen en medio del invierno.

En un clima frío se prefieren las sopas calientes y los guisos porque esto es lo que el cuerpo necesita. Un caluroso día de verano es el momento perfecto para una sandía o una bebida refrescante hecha con aloe y pepino, cada alimento tiene una temperatura energética y actúa sobre el cuerpo en consecuencia. Comer los alimentos que tienen la temperatura correcta durante las diferentes estaciones del año es una parte importante de una dieta saludable.
 
Alga Kombu

Ir introduciendo algas en nuestra dieta es una buena decisión y para empezar por algo fácil es muy recomendable el alga Kombu que se pone en remojo con las legumbres varias horas antes de cocerlas. Se hierven en esa misma agua retirando el alga que habrá aumentado considerablemente de tamaño y soltado la multitud de sales minerales que contiene.
 
 
 

domingo, 5 de octubre de 2014

osteoporosis

limpieza con sal

se calienta 1 litro de agua mineral con una cucharada de sal marina, se toman dos vasos.
se hacen unos ejercicios.

1er.- Ejercicio: para abrir el píloro y ayudar a evacuar el agua del estómago.
De pie, con los pies separados unos 30 centímetros y con los dedos entrelazados con las palmas hacia arriba, en posición recta, se efectúan giros de tórax hacia los costados, empezando por el lado izquierdo.
Se repetirá seis veces para cada lado.
repetirá seis veces para cada lado.
2do.- Ejercicio: para que el agua avance por el intestino delgado.
Con la misma posición de partida anterior, se extiende el brazo derecho horizontalmente y se dobla el izquierdo hasta que la mano toque la clavícula, al tiempo que se efectúa una rotación del tronco dirigiendo el brazo extendido hacia atrás, lo más lejos posible, mirando a la punta de los dedos. Entonces se hace un movimiento rápido hacia el otro lado.
...
Se repetirá cuatro veces a cada lado.
3er.- Ejercicio: este ejercicio hace avanzar el agua por el final del intestino delgado.
Con el cuerpo extendido en el suelo, boca abajo, apoyándonos sobre la punta de los pies y las manos, y con los pies separados unos 30 centímetros, se giran la cabeza, los hombros y el tronco hacia la derecha, dirigiendo la vista al talón izquierdo.
Se efectuarán seguidos, y de forma alterna, cuatro giros hacia cada lado.
4to.- Ejercicio: ayuda a conducir el agua a través del colon (intestino grueso).
En cuclillas, con los pies separados unos 30 centímetros, los talones dirigidos hacia la parte externa de los muslos y las manos apoyadas en las rodillas, que deberán estar separadas unos 50 centímetros, se gira el tronco, primero hacia la derecha, colocando la rodilla izquierda sobre el suelo, delante del pie opuesto. Las manos ayudarán a efectuar los movimientos tratando de que cada vez se oprima una mitad del vientre con objeto de presionar el colon. Para hacer bien esta presión, es conveniente mirar hacia atrás y presionar el abdomen.
Se repite cuatro veces para cada lado
Se beberán otros dos vasos de agua salada tibia-caliente.
E.- Se efectúan de nuevo los cuatro ejercicios.
F.- Se continúa así hasta haber bebido seis vasos.
G.- Ir al aseo y esperar a que se produzca la primera evacuación. Si no se produce en cinco minutos, hay que volver a repetir otro ciclo de movimientos sin tomar agua. Si excepcionalmente no se produce la primera evacuación, hay que ponerse una lavativa (enema), para iniciar el efecto sifón.
H.- A partir de la primera evacuación se debe seguir con el ciclo completo desde el paso B, hasta el paso G.
I.- Se terminará el proceso cuando el agua de la evacuación salga tan limpia como ha entrado (esto puede costar de 20 a 40 vasos, o incluso más). Entonces se deja de beber y se permanece cerca del baño una hora, ya que se puede evacuar un par de veces más.
J.- No se debe beber nada hasta la primera comida, que deberá efectuarse entre media y una hora después de la última evacuación.
Entre media y una hora después de la última evacuación hay que comer algo, ya que no debe dejarse el tubo digestivo vacío más de sesenta minutos.
Se puede comer un poco de arroz blanco muy cocido con unos 30 gr. de mantequilla para que lubrique de nuevo las paredes intestinales. En lugar de arroz se puede tomar también algún tipo de pasta muy cocida. Y no se debe beber ningún líquido antes de efectuar esta primera comida ya que si no continuarán las evacuaciones.
En las siguientes comidas, y hasta que no hayan pasado cuarenta y ocho horas, no debe tomarse ningún alimento ni bebida de tipo ácido (tomate, yogur, leche, frutas, refrescos, etc.), picante (salsas, ajo, cebollas, condimentos, etc.), ni excitantes (café, té, chocolate, etc.).
Hay que tomar sólo alimentos neutros, como arroz, legumbres cocidas, pan, pasta, verduras, etc.. Es decir, alimentos simples, de fácil digestión, que no puedan irritar el intestino que acabamos de limpiar.
Después de la primera comida se pueden tomar infusiones de plantas medicinales depurativas y purificantes para que completen la limpieza. (Consultar al terapeuta).
El alcohol está prohibido, tanto antes de la limpieza como hasta dos días después de la misma.
Después de la primera comida se debe hacer reposo total, sin cargar la mente con lecturas, dejándose llevar por notas de música que sea relajante y procurando no enfriarse.
No cabe duda que efectuar una limpieza de algo tan sucio como puede ser nuestro organismo ya es de por sí una gran ventaja, pero además se pueden obtener otros efectos benéficos como:
Se puede eliminar algún producto ingerido meses atrás: un pequeño trozo de plástico, pepitas de tomate o de uva, huesos, etc.
· Después de la limpieza, queda una agradable sensación de quietud interior que en los días siguientes se traducirá en un mejor sueño, un mejor aliento, la desaparición de erupciones y granos y la desaparición de olores corporales.
· Se produce también una limpieza de los riñones, ya que parte del agua bebida se desvía hacia ellos, así como una estimulación del hígado y del páncreas.
· La limpieza del intestino asegura una mejor absorción y asimilación de los alimentos.
· Desaparecen la pesadez de estómago, los flatos y los gases.